Yo no te pido la Luna






         Y aparece en mi vida alguien con quien jamás  se me habría ocurrido compartir ni un instante.   Un instante de todos esos de los que tanto me gustaba disfrutar sola, en mi cómoda burbuja,  recreada en un irresponsable y egoísta "carpe omnia"  en el que todo valía , menos sufrir...  Y entonces llegaste. Y te quedaste conmigo.

      Y desde ese momento , ya no fui la de siempre; ni tú  lo que siempre imaginé querer: yo quería un príncipe perfecto, que me hiciera olvidar las taras que traigo "de serie", con sus halagos; y las taras "adquiridas", con mil maripositas  locas  revoloteando por mi barriga.  Que me agasajara constantemente para sentirme desfilando en mi "carroza" imaginaria. Que me prometiera mis sueños, esos que por ser príncipe de categoría azul  estaba obligado a adivinar. 

Y cómo no;  que me diera  la Luna sin pedirla...

Y resultaste ser alguien  distinto totalmente  a todo esto,  y precisamente , la persona que se quiso encargar de  hacerme feliz el resto de mi vida. 

       Y lo hiciste sin previo aviso, sin planear, sin comprender, sin encajar, y sin billete de vuelta... Todo un malentendido para mi amor propio, al que desmontaste los esquemas de una egoísta resentida que creyó merecer la Luna,  a cambio de poco o nada, por culpa de haber sufrido desencantos de la vida...  Demostrándome en cada momento lo equivocada que estaba, ya que esos desencantos te marcan cicatrices que impiden que las heridas  se vuelvan a abrir. Y hay que vivir con ellas, por que nos ayudan; por que la vida es todo lo bueno, y todo lo malo.

 Y a días de lluvia, le suceden días con sol.

       Y disfrutabas haciéndome rabiar para al final  robar mis sonrisas; y aún lo haces: me buscas, me encuentras, me irritas, me calmas, me colmas... Y volvemos a empezar. Pero nunca me prometiste nada que no supieras con certeza que podrías cumplir.  Tú eras todo sentido común y yo una común (con)sentida . Nada romántico y extremadamente escéptico, pero así eras : alguien que prefería venir al Hospital  cruzando la ciudad en bici, para verme y pasar 5 minutos en las escaleras de la puerta tomando unas pipas para conseguir sacarme la sonrisa del día. Esas pipas se llevaron contigo mis ganas de caminar sola, mi corazón y mi orgullo. 

     Y conociste mi guerra , y me regalaste la paz al elegir sufrirme, divertirme y quererme.  Y decidiste quedarte a ver los "entreactos" que nos quedaban entre los días felices y los días tristes, que fueron formando poco a poco con una sucesión de momentos geniales y otros no tanto;  un "nosotros" , del que no puedo estar más orgullosa. 


     Muy a pesar de todos los chinitos que se dejaban ver por el camino de estos casi 19 años, y los pedruscos que seguro nos quedan por encontrar. 

Siendo dos piezas totalmente imperfectas de un rompecabezas genial, que no necesitan encajar para vivir.

Así que contigo...¿Quién necesita la Luna?


FELIZ 45
MTTY



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