Voy a absorber cada segundo de los momentos especiales que me regale la gente especial. Absorberé su olor tan profundamente y con tantas  ganas como hago con el perfume de esa rama de Azahar que me he colocado en la mesa del trabajo.

  Una rama  totalmente carismática y poderosa que me trae la Primavera a mi vida sin que haga falta que yo acuda a ella. La engancha a mí, a pesar de que pase 7 horas sin ver el sol natural. Y lucha contra esa astenia que también trae consigo este tiempo tan increíble de mi pueblo. Y así ;  la Primavera va conmigo, y las ganas de bailar hasta morir, y ese olor que me impregna de felicidad que no me permite estar enfadada con nadie ... Y esa música sentida por  dentro, hace que mis “ganas” de vivir, de llorar, de reír, de bailar y de saltar por los aires como una loca... permanezcan  despiertas  y activas en todo momento.

   Todo el mundo quiere sentirse bien… y hasta ahora no creo que sea pecado. Por eso necesito rodearme de esas personas que hacen que  con sus caricias me sienta como si llevara en mi alma  enganchada siempre una ramita de Azahar.


   Qué bien huele, y qué bien me siento con ellas…

  •    Personas  a las que admiro por su valentía, amigos y amigas enfermos de cáncer; mi odiado cáncer, que viven su vida no como una lucha sino como un reto. Sin lamentos, y con una sonrisa que ilumina sus sombras. Y me hacen pasar unos momentos increíbles y únicos con tan sólo una simple conversación, que multiplican  “lo especial” de esos momentos, a la enésima por el carácter extraordinario que le dan a cada segundo de  más  que viven. Son especiales porque saben valorar  el regalo especial  que supone VIVIR en mayúsculas y se niegan a pasar de puntillas por la vida.

  •    Alguien  a quien no conozco demasiado bien y me asalta por la calle cuando voy dando un paseo con mi marido, y me sorprende plantándome un tierno beso en la frente, cargado de ternura, haciéndome que me replantee la vida entera Y EL HECHO DE PORQUÉ NO SE SALUDA TODO EL MUNDO Y SE MUESTRA AFECTO ASÍ, en vez de los dos corteses besos en el aire, impersonales restregones de cachetes.

  • Esa amiga de la infancia a la que hace tiempo que no veo, e invito a cenar con otros amigos… Y acude a mi rescate pasándome cariñosa y tiernamente el brazo por la espalda y el brazo , cuando entre bromas me “asaltan” con anécdotas que me hacen sonrojar y me avergüenzan. Salvándome  con su gesto para indicarme que cuento con ella , que me conoce de hace una eternidad y a pesar de haber sido inconstantes la una con la otra, seguimos sintiendo esa “camaradería” y “sintonía” única,de haber crecido juntas, respirando el mismo aire.

  • Abrazos inesperados sinceros,  de gente a la que quizás fallaste -o tal vez seguro-, que rebosan fuerza, gratitud o un afecto que sientes profundo, desarmándote sin más; como todo aquello que no se espera.

  • Gente que aún viviendo verdaderos dramones en sus vidas reservan  sus sonrisas  y  parte de su tiempo "bueno" para ti, todo aquel que necesites;  aquellas que no les dan a nadie más porque no tienen el mismo sitio que te han guardado a ti en sus corazones. Y te escuchan con un interés que sabes que no es fingido , y sientes la seguridad de que  te ayudaran desinteresadamente en lo que necesites , cuando las necesitas... Porque quieren que sigas ahí en el sitio que ocupas en su vida.Y no quieren perder el tuyo.

  • Huelen a Azahar esas personas que sé que me quieren bien, y que quieren a mis niños como si fueran suyos. Quien se preocupa porque estén bien y sufren que estén mal… Quienes se interesan por mis intereses y sufren mis problemas. Mis amg@s de la infancia, mis Petardas, y tod@s esas increíbles personas que se están enganchando a mi vida, tod@s ell@s, especiales. Y sobretodo mi angelita de la guarda, y ahora querida amiga Rocío... cómo huele mi Doctora preferida, y qué me río con ella. 
 
  • Oléis a Azahar también tod@s aquell@s  a quienes os llegan mis letras y conseguís ver entrelíneas lo que quiero transmitir, o simplemente sentís lo que quiero expresar.  Animándome así, a no considerarme una "loca aturdida" y  a seguir escribiendo sin tener muy claro el motivo ni el fin.


  • Ese amig@ que escribe poesía, poet@ sublime,  que alguna vez me ha concedido el honor de oler su poesía enviándome algunos versos para que los lea... Porque le gusta la Emperatriz y valora su humilde opinión. Me enorgullece hacerlo y me impregna de olor y de agradecimiento...  Huele a Azahar que te dediquen una maravillosa poesía por tu cumpleaños cuando nadie nunca lo ha hecho... Y que te regale un "majareta"  que no conoces de nada por la calle , una simple flor, con un alocado y encantador : -"Una flor para una flor",  aunque haya sido tan sólo una rosa . Mi rosa loca con olor a Azahar.

  • Mis amaneceres con mi marido y mis tres soles, con sus sonrisas y sus enfados... Tener la suerte de poder pasar mi vida entera con ellos... Haciéndolo todo y nada; huele  profunda y maravillosamente a Azahar. A un Azahar puro que transforma mi realidad en un sueño. El sueño de mi vida que supone disfrutar la realidad de sus vidas.

 Y mi amiga Pastora, ¡ella sí que huele a Azahar hoy! Subiéndose a lo más alto de los árboles de la casa de su madre para cogerles unas naranjas a mi hijo mayor, porque le encantan las suyas y no otras. Y como ella lo sabe, y lo quiere, y me quiere, lo hace encantada. 

   Bueno, y no puedo olvidar el olor a Azahar que despedía ese increíble jamón serrano envasado al vacío que me trajo mi amiga Ana cuando vino a verme al Hospital al estar ingresado mi hijo, dejando a sus bebés con su marido, tan sólo para llevar a la desesperada  de  su amiga a la mismísima puerta, el jamón y una revista para que me distrajera, porque no paraba de llorarle al teléfono de impotencia, y no sabía qué hacer para estar conmigo sin estar.

                         Geniales detalles,  grandes mis amigas...


Son personas especiales que no tienen miedo a mostrarme ternura, que hacen que inevitablemente me quiera empapar de su carisma y mimar con su cariño…  Y me dejan el alma estremecida por su ausencia de miedo, por su carga de afecto y de cariño que elimina esas barreras frías en las que nos hemos acostumbrado a atrincherarnos por miedo a mostrar debilidades, y a mostrar cariño. 

POR MIEDO A ACARICIAR ALMAS... CARICIAS EN EL ALMA QUE SUAVIZAN EL VIVIR. CON OLOR A AZAHAR.

Prometo no olvidaros jamás, y poder seguir respirando vuestro olor. Que no me faltéis nunca. Gracias.






“El precio de algo es la cantidad de vida que intercambiamos por ella” dijo algún listo… Y YO ME PREGUNTO A ESTAS ALTURAS DE MI VIDA:

¿ CUANTOS CACHITOS DE MI VIDA HABRÉ DESPERDICIADO INTENTANDO CONSEGUIR LO QUE NO HE CONSEGUIDO TODAVÍA, DIOS MÍO DE MI VIDA? 


Siempre pensé que llegar a los 40 me iba a suponer el sumum de la liberación. Le daría una  buena patada  en el culo a todos los monstruos que se me habían ido pegando a los talones desde que tengo uso de razón.  Además, siempre  he tenido amigos mayores que yo, que me aseguraban -con una firmeza   apepinante tal, que hasta me entraban ansias de cerrar los ojos y tener (que no temer) ya 40 en cada pata-,  que el superar la barrera de los 40 se conseguía pasar de todo y a decir NOES sin problemas y sin comeduras de tarros. 

 PASAR DE TODO!!! DECIR QUE NO!!!

Y UN PIMIENTO  CON CHORRERAS!!! ¿¿¿Y QUE HA PASADO CONMIGO???

2 meses para cumplir los 38 y todavía tengo un Insuficiente en madurez  y  un  Sobresaliente en  “facilona”. Sigo siendo lo suficiente y deprimentemente influenciable como para ponerle a cada uno de mis hijos de cenar lo que quieren por tal de no escucharlos…  No puedo remediarlo: me ponen “ojitos” cuando hago como la que me transformo en esa persona  “madre” digna y respetable que nada más que cuenta con la inestimable ayuda de su arqueo de cejas para decirle que mando yo y que comen lo que yo diga y punto…


Y yo esperando a que la madurez llegue a mí, invadiéndome en rectitud y disciplina, aunque sea “nórdica” para poder decir un  pedazo de NO  como un pino de grande, en condiciones e inflexible, sin vuelta atrás con ningún “ojito” que valga. Pero resulta que no,  que no soy "nórdica", sino más bien "sureña", y que me puedo quedar muerta esperando, así que hoy voy a hablar de todo aquello que no he llegado a  conseguir, y aspiraba hacerlo , hecho a pesar de lo cual, - SOBRE- VIVO:

  •                Sigo sintiendo que la vida es demasiado corta, y el miedo a morirme pronto hace que quiera disfrutarla exageradamente. Y me da espanto comprobar que si con 20 ya tenía prisa por vivir; no sé qué será de mí a la velocidad y las revoluciones que tengo tomar para vivir a tope a los 40- TENIENDO EN CUENTA QUE SIEMPRE PENSÉ QUE MORIRÍA ANTESDE LLEGAR A ESA CIFRA-

  •          Sigo siendo la cuajona de siempre que no pilla chistes a la primera, nunca pillo la ironía, y me sigue afectando que me traten con desdén , e irritándome los reproches... Además creo que cuanto mas cerca de la barrera cuarentona , peor aguante. Debería de saber recurrir un sarcasmo brillante para defenderme, cuando me entran ganas de machacar a alguien ... Y no es  demasiado "políticamente correcto" pegar una colleja a más de un prenda -aunque sea merecida-.

  •            Sigo sufriendo  enormemente cuando tengo que decir un desilusionante, destrozailusiones y desmotivador NO.  Los NOES son apisonadores emocionales de proyectos de vida, que propicia dar bandazos ciclotímicos con tendencia paranoide, esto es, que básicamente no tienes más cojines que  aprender a asumir deportivamente tu gozo en pozos sin fondo, y además gozosamente, para que nadie note tu desilusión, porque se tiene que ser fuerte de fábrica.

  •             Todavía no me han salido esas agallas que dicen que salen ,- SÓLO ME HAN SALIDO GARRAS DE FIERA CUANDO ME ENFADO-,  para soltarle tres crudas frescas en condiciones a quien se las merece, cuando confabulan atentados terroristas contra mi persona. Y ni qué decir tiene que no me he podido hacer a día de hoy con un chubasquero de esos engrasados de aceite tan especial y preciado , que hacen que te resbale todo lo que dice aquel que no te merece la pena.

  •         Sigo sin empezar por mí, en mi escala de prioridades. Cuelo a todo el mundo, no lo puedo remediar, todo el mundo va antes que yo; tengo complejo de “Última de la fila”. Quién sabe, ¡dicen que los últimos serán los primeros! Y encima sigo siendo una histérica impaciente que berrea a sus niños cuando le sacan de quicio, y  además me igualo a ellos  en cuanto a enfados infantiles como si tuviera su mismísima edad... ¡¡Incluso poco boquita de piñón como cuando tenía 12 años!!

  •          Me niego a salir sin maquillaje ni pendientes;  soy total defensora del "antes muerta que sencilla"...  Será porque mi madre no soportaba verme sin pendientes. Ojalá derrochara esa  seguridad en mi misma como para deslumbrar a todo quisiqui con mi carita lavada en plan "top" de estar por casa. La guasa que aparenta mi cara con las arruguillas y el “vis” de que estoy de vuelta de todo y que no me importa nada, es sólo fachada…

  •           Me hundo en un charco como si fuera un Océano, cuando intuyo que decepciono a alguien, y mucho más, cuando lo hago sin darme cuenta- Y CADA VEZ LO LAMENTO MÁS. Soy churri-blandengue, no lo puedo remediar ; lloro, muuuuuucho, -MUCHO-,  con lo que me entristece, por miedo, por impotencia, por alegría, por saturación  en incluso con un pastelón malo Antena 3. Y de la misma manera que lloro, me sigue entrando el pavo incontrolable con cualquier chorrada … Y río de risa hasta que me duele la barriga.  ¡Ah! También me sigue dando yuyu la oscuridad  y me dan pánico las pelis de miedo de espíritus, aunque me encanta verlas para gritar -y así aprovecho y "revierto" energía negativa acumulada tóxica-.  Creo que me salió el corazón demasiado chico para emociones  tan grandes.

  •         Sigo pegando empujones  como una bruta a las personas que interrumpen la entrada y la salida de emociones bonitas de mi corazón, y se quedan ahí taponando el paso. Embisto irracionalmente para que circule el "aire". Supongo que es una reacción instintiva de mi  de mi "Yo" o de mi   "Súper YO" ( ¡no sé, esa es la excusa de Sigmund Freud!- me estoy leyendo "Manual práctico de pscicología" de Vallejo-Nájera, a ver si así me entiendo mejor a mí misma, para entender mejor a los demás-)

  •          Todavía no tengo esa seguridad y convicción en mis decisiones , arrepintiéndome siempre más de lo que digo (al minuto 2 de haberlo soltado), que de lo que no digo. Y me arrepiento  más de lo que no hago, que de lo que hago. Y  A MÍ ME DIJERON QUE LA PELI A LOS 40, NO IBA DE ESO.

  •           No lo sé todo como yo creía, NO SOY ESA PURETILLA ENTERÁ -pero encantadora-, en la que pensé que me convertiría;  pensando que llegada a cierta edad tendría una especie de Google marcado a hierro como un chip en mi cerebro, -o una bola de cristal metida en el bolso- , pero  a día de hoy, resulta que mis hijos me siguen dando más lecciones de comportamiento y de sabiduría existencial ( como guantás sin mano), que yo a ellos con la mitad , de la mitad, de la mitad, de años ; con lo cual, al tópico “sabiduría de la experiencia” lo tumbo yo con la “sabiduría de la inexperiencia” de mis churumbeles.

  •                    NO asumo capítulos de mi vida que me abochornan moralmente aún a día de hoy , como cada vez que me recuerdan alguno de mis amigos -partiéndose de risa-, cómo se me cayó mi hijo mayor con mesecillos de vida del carrito cruzando una plaza con muchos adoquines ( se  me escurrió  de los botecitos y le había puesto mal el cinturón), cuando iba como una moto a casa , … Un viejecillo borracho de un banco empezó a darme voces:- : “¡¡ Seññorrrrrrrrrrrrraaaaaaaaaaaaaaaaaaa, el niñoooo, que se le ha caídoooooo!!!”´  ( Sin comentarios)

  •            Adoro y meto en mi mochila a quien me hace sentir "grande" y valorada y no le tengo ninguna estima a las personas que hacen que mis ganas se  vuelvan diminutas. Confundo izquierda y derecha, cuento con los dedos y sigo odiando las matemáticas. Y sigo mirando para atrás cuando me voy de un sitio para comprobar si se me olvida algo; y después de hacerlo, lo vuelvo a hacer. Y cuando ya estoy  montada en el coche o en mi casa, vuelvo a dudar si se me habré dejado algo o no.


         En  fin , que  me gustaría poder decir que la arruga es bella y que la belleza pura y verdadera la da la madurez y serenidad que da la experiencia vivida... 

          Pero  es que ¡¡ ES MENTIRA!!:  La realidad es que me amaaaaaaarrgooo cada vez que compruebo que mi “contenido” cree que tiene 20, a pesar de que mi “continente” está siendo vilmente invadido por una banda de arrugas enemigas y mis neuronas se van suicidando  por desgaste emocional. Porque la verdad es que recuerdo mis recuerdos como si hubieran sido ayer cada  uno de los momentos vividos, y no con la lejanía del porrón de años que hace que ocurrieron... y los que me quedan ¡Dios! ¡No quisiera olvidar lo que no debo, y recordar lo que no quiero!


           Así, que decidme, ¿ donde leches se ha metido esa mujer  perfecta, respetable , madura, digna , firme y consecuente, -con las uñas siempre  pintaditas y bien limaditas a la que nunca le falta un pimiento-, que sieeeeeempre termina lo que empieza, en la que se supone me debía de convertir a medida que he ido cumpliendo años? ¡¿ Me lo puede decir alguien?!








Bailar un tango


     

   En un momento tan simple , rutinario y apurado en tiempo, como es el hecho de  acostar a mis hijos por la noche,  después de un día de decepciones que amenazan la estabilidad de mis ciclos emocionales, -impotente ante tantas injusticias cotidianas que me muestran la realidad de personas que te sorprenden una y otra vez; gente que tienes a tu lado que un buen día te amenazan con  un sinfín de  "Místeres Hydes" ocultos entre las entretelas de sus sonrisas, que enmascaran sus propios intereses- , se me ocurre de repente, decirle a mi hija frente al espejo de su cuarto cuando la llevo a la cama:
-“ ¿Bailamos un tango? “-
     Y sin dudarlo con una cara rebosante de entusiasmo, pureza y  alegría,- más que nada porque intuía que me podía robar unos minutos más, antes de obligarla a dormir-,se engancha a mí sin saber si quiera demasiado bien qué es eso del "Tango";  y nuestras risas y la desvergüenza comienzan a actuar como bálsamo para nuestras curradas almas (la mía ," cascadamente contaminada" y la suya, " entusiasta almita inmaculada y todavía pura"…)
    Acto seguido mi segundo hijo escucha las risas nerviosas de la loca que quiere que la lance hacia atrás como en el baile, y sin conseguir sostenerla , se cae al suelo… Salta de la cama y acude gritando  a susurros para que no se entere el padre que está abajo: - “¡Yo quierooooo tambiénnnnn!”
      Pero lo mejor de todo es que  nuestras risas  y ese encantador “descontrolado minialboroto” de nuestro baile, tiene la fuerza suficiente para sacar al mayor de la cama también…  Despertándole las ganas de hacer el estupendo y enriquecedor ridículo de bailar un tango sin saber bailar.
Olvidándonos de que estamos perdiendo el tiempo... y  ganándolo todo a su vez.
      Puede que con estos minutos simples y alocados les enseñe a quitarle cierta carga de  crudeza y acritud a la realidad de nuestra rutina , suavizando los reveses que se nos presentan tanto a ellos como a mí en el día, para convertirlos con nuestras absurdas piruetas, en minutos renovadores que depuren nuestras ganas de vivir. 
     Después de tanto ruido que ya no controlamos y  de tanto respirar el aire que quieren los demás que respiremos, y que nos hace  tanto, tantísimo mal, nos convertimos en quienes no queremos... Por un grito que no se merecen , del cual te arrepientes al segundo justo de dar,  porque sabes que sólo has tenido un mal día,  gestionado mal por lo bajo de tus biorritmos;  pérdidas de paciencia por el estrés de querer abarcar y no llegar, o un inocente y simple comentario del cole que te hacen entusiasmados para que les escuches con toda tu atención, que es lo único que reclaman... y  resulta que es lo que más te falta para ellos  porque siempre magullas otro problema en la cabeza.
  Pero  puede que ellos también estén preocupados por sus cosas; aquello que les trastoca su pequeño mundo: algo que  no  debieron  haber hecho e hicieron; quizás una mentirijilla que les ha llevado a un castigo “justamente” compensado para mí, y  descompensado  "injustamente" para ellos... Algunas rabietas injustificadas de las que no están muy orgullosos; una nota que no les gusta en un examen y que se avergüenzan de decir, una amigo o amiga que les ha mirado mal o que les ha querido chinchar sin hacerles caso...
Quién sabe.  Son sus propias preocupaciones, no menos importantes que las mías. Y no dejan de ser problemas para ellos aunque ellos sean niños.
     El caso es que bailar un tango sin saber bailar,  justo antes de irse a dormir, justo antes de terminar el día con todas  sus sombras y  todos sus claros; supone que todo está bien, o quizás mejor que bien. Bailando estos tangos que no sabemos bailar; borramos los problemas, tanto suyos como míos.
      Mi reino por toda una vida bailando ESOS TANGOS. Porque quiero que su corazón y sus pasiones sean lo que más cuiden, lo que más valoren. Para que no se engañen nunca a ellos mismos FINGIENDO SER QUIENES NO SON,  y sepan QUE AUNQUE NO SEPAN BAILAR TANGO, se puede saber disfrutar de la vida con buen humor, riéndose de ellos mismos, sin miedo a hacer el ridículo.

SIN MIEDO A NADA. SIN JUZGAR A NADIE Y SOÑANDO... HACIENDO DE LO ORDINARIO LO EXTRAORDINARIO CON LAS PERSONAS ACERTADAS, CON AQUELLAS PERSONAS AUTÉNTICAS QUE ELEGIMOS PARA QUE SEAN DE VERDAD UN "NOSOTROS" CON ELLOS.